Ahora sí, empieza la campaña presidencial en Colombia, donde escucharemos las propuestas de los candidatos, Pero lo primero es recordarles que las intervenciones públicas o privadas con ataques personales deben quedar por fuera del escenario de las agendas electorales. Ese discursito de “parar a Petro” es lo más retrógrado que puede oírse y los colombianos no queremos odios en las tribunas, los medios y la publicidad, sino programas serios y sustentados, para escoger al futuro Presidente del País. Es inútil seguir con el mismo razonamiento polarizador de que en el Centro Democrático están los buenos, que los demás no lo son. Ya tuvieron la primera lección en las Consultas y no les fue nada bien para el Congreso con esas letanías.
Si se va a cuestionar a un candidato por sus propuestas el que critica debe explicarnos qué es lo mejor para todos y por qué la idea no es viable o si los recursos son insuficientes y en cuento tiempo podría implementarse el respectivo programa o si definitivamente es imposible o inviable. Porque afirmar que Petro va a acabar con la democracia y las libertades o con la propiedad privada es un sofisma sin el menor sustento, pues en muchas partes del mundo se están dando cambios ideológicos y nada irregular ha pasado. Los que atentan contra la democracia son aquellos que delinquen en las elecciones comprando votos y que usan el dinero público para satisfacer intereses personales y no colectivos. Ahora bien debe explicar el atacante cuáles derechos y libertades se afectan, cómo y por qué.
De otra parte, las entidades públicas tienen reglas, por lo cual sus autoridades deben presentar “un informe de resultados de la vigencia fiscal anterior. Este informe debe incluir, en caso de incumplimiento de las metas fijadas en el Marco Fiscal de Mediano Plazo del año anterior, una explicación de cualquier desviación respecto a las metas y las medidas necesarias para corregirlas. Si se ha incumplido la meta de superávit primario del año anterior, el nuevo Marco Fiscal de Mediano Plazo tiene que reflejar un ajuste tal que garantice la sostenibilidad de la deuda pública”. Es decir, los descuidos en el manejo de las finanzas públicas tienen consecuencias disciplinarias, fiscales y penales.
Igualmente, en la ley podemos leer que en el marco fiscal de mediano plazo se deben incluir “Las acciones y medidas específicas en las que se sustenta el cumplimiento de las metas, con sus correspondientes cronogramas de ejecución”. Si un candidato, especialmente los integrantes del equipo por Colombia, que fueron alcaldes, está participando en una campaña debe saber esto y además manejar indicadores de gestión y de resultados que los obligan a ser sensatos, eficientes y eficaces en el manejo de la cosa pública y que les permitirán medir el impacto de las inversiones realizadas con los recursos públicos. Para criticar hay que saber de lo que se habla. De lo contrario, deberían conseguir asesores con buen conocimiento de los procesos y procedimientos de la administración pública nacional y territorial.
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