Los grandes medios publican lo que les interesa. Pero fundamentalmente lo hacen defendiendo a los sectores poderosos que son los que les dan abultada publicidad para mantenerse vigentes, pues con el nuevo gobierno están perdiendo mucha audiencia y, por tanto, circulación. Así es porque el Presidente tiene fijos más de seis millones de seguidores, mientras el periódico el Tiempo con mayor circulación en Colombia solamente cuenta con un poco más de 100.000 suscriptores, una cantidad que no le da para sostener su planta de personal, reporteros y publicaciones de calidad, sin que el dueño se meta las manos al bolsillo. Pero las muchas publicaciones digitales que hay en Colombia les permiten a los lectores comparar los titulares, para ver cómo mientras unos alaban discretamente el bajonazo en la inflación, especialmente en el precio de los alimentos, otros piden a gritos que se mantengan las inversiones en infraestructura con las APP.
“La inflación en Colombia en septiembre habría mantenido una importante desaceleración, de acuerdo con algunos primeros análisis del mercado local. Según los pronósticos, el golpe del paro camionero no habría sido tan complejo, a pesar de lo que se dijo en su momento podría representar para el precio de los alimentos. Con esto, desde equipos de investigaciones económicas como el de Corficolombiana, ven que la inflación de Colombia en septiembre del 2024 habría caído al 5,75 %, de nuevo, por menores precios de productos clave en la canasta básica de los hogares.” (Pulzo. Octubre 3/2024) Pero esta buena noticia no es alabada como trabajo del gobierno, pasa desapercibida, porque no les da réditos a los dueños de los grandes medios. Tampoco es noticia que el gobierno haya aumentado los niveles de inversión en las Universidades públicas en más de 3% en relación con años anteriores, llegando al 5.6% frente al año 2024. Siempre se ha dicho que la inflación es un impuesto disfrazado contra los pobres, que pagan más por causa del alza en los precios de todos los servicios.
Pero al otro lado de la cerca están los poderosos contratistas que dicen que “según el estudio deJuan Benavides, Germán Lleras y Armando Montenegro,el avance del sector (Infraestructura por APP) al menos de los últimos 25 años en el país se ha dado gracias a la inversión privada, y este esquema ha permitido sacar del atraso carretero a Colombia y atraer a las regiones más alejadas con los centros urbanos, señaló Juan Martín Caicedo, presidente de la CCI.” (Portafolio 02/10/2024) Pero esta noticia tiene un fondo falso, pues decir que “el avance del sector al menos de los últimos 25 años en el país se ha dado gracias a la inversión privada”, es una falacia, pues lo que hacen los privados es prestar ese dinero con entidades nacionales e internacionales y recuperarlo después valorizado por medio de los peajes que pagamos todos los colombianos. Luego, el sector privado es un simple intermediario ante las entidades de crédito que facilitan el equilibrio financiero de los contratos. No es plata de privados sino del pueblo que paga por carreteras muy costosas. Un privado recibe el doble o el triple de lo que invierte.
Por eso no sigamos creyendo todo lo que se habla en los famosos congresos de los gremios, porque ellos buscan mantener la parafiscalidades que son recursos públicos y no privados, como ellos sostienen, y que derivan de un acto de soberanía del Estado, pues si no hubiera una ley de iniciativa gubernamental tales dineros no irían a sus arcas para manejarlos, eso sí, como si fueran dineros de privados.
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